LOS VOTANTES DE KEIKO FUJIMORI

Yo no escucho radio, ni miro televisión, ni leo diarios, ni revistas, porque no quiero estar contaminado, como zombi. Sin embargo, por el sentido común que tengo, leo lamula.pe y cuando allí encuentro lo que dicen algunos, pues comento.

Y como ustedes ya me conocen, yo no doro la píldora, me acostumbré a decir las cosas tal como son, en favor de las mayorías, con los que menos tienen, con los que menos pueden, con los más agredidos, con los que no tienen voz. Para muchos esto podrá ser despreciable, pero es mi opción, y me importa un rábano que otros lo consideren despreciable, pues sé de dónde viene la opinión de los que podrían ver esto despreciable, viene desde la condición cómoda en que viven, sin reflexionar que esa condición proviene del escarnio que se perpetra a los demás, pero que piensan que es de su inteligencia, de su propio esfuerzo.

Estoy leyendo en lamula, que Fernando Rospigliosi manifestó que no le cree nada a Ollanta Humala, respecto del último juramento que realizó dentro de su campaña. Dejando de lado la cantidad de juramentos que responde a la táctica de los que dirigen la estrategia de Humala, los que lo denigran con sus comentarios, son aquellos que actúan premeditadamente con la intención de hacer el mayor daño posible, para evitar que se cumplan con los objetivos de la campaña de Ollanta que pretende sensibilizar a los indecisos.

Pero ¿que muestra Fernando Rospigliosi con sus respuestas?, simplemente que está a favor de Keiko Fujimori. Y ¿Quiénes están a favor de Keiko Fujimori?

Veamos: Primero está su clientela política, aquella que recibió las dádivas, las limosnas en el gobierno de su padre Alberto Fujimori, (y no me vengan con el cuento que ella no es su padre, porque es peor que su padre, y cualquiera lo puede comprobar en su corta trayectoria con tan solo dos casos: es ociosa, cobra sin trabajar de acuerdo con las estadísticas del congreso y el segundo caso, permitió que a su propia madre, su padre y Montesinos la maltrataran, torturaran, al estilo Fujimori, sólo para robarle su cargo de Primera Dama; así que no me vengan con el cuento chino de que ella no es su padre, porque es peor, lo ha demostrado con sus hechos. Aquí ya no se requieren palabras).

Luego están todos aquellos que creen que ha sido un gran logro eliminar el terrorismo. Sobre este tema, no es que Fujimori haya podido derrotar al terrorismo, cosa que no pudieron los otros gobiernos. Lo que no se quiere ver, es que cualquier gobierno puede derrotar el terrorismo o la delincuencia, siempre y cuando quiera hacerlo. El tema es ¿porqué los anteriores gobiernos no quisieron derrotar el terrorismo? Y resulta que para los anteriores gobiernos, la permanencia del terrorismo era una forma de poder obtener fondos adicionales a su presupuesto, vale decir que era un negocio para ellos.  Entonces ¿porqué Fujimori destruyó el negocio de los gobiernos?, simplemente porque la voracidad tanto de Fujimori como de su entorno, consideró esos negocios como juego de niños y tramaron un negocio tremendamente, descomunalmente millonario, bajo la aceptación, bajo la sombra, que les daría el “haber pacificado al país”. Una jugada pre fabricada, un mate en tres. Pero allá con los que creen esos cuentos. Y no me digan que soy injusto al juzgar lo “bueno” que hizo Fujimori, lo que pasa es que analizo varias variables al mismo tiempo y no me quedo con lo efectista, sino que observo los resultados: que en efecto no hay terrorismo, pero al precio de la mayor corrupción en toda nuestra historia cuya secuela la sufrimos hoy y seguiremos sufriendo por unas dos décadas más, siempre y cuando no regresen nunca más, además de los miles de millones de dólares que se robaron bajo la sombra de este hecho.

Otro grupo de los que apoyan a Keiko, es el grupo de aquellos que para nada creen en la democracia, sino que piensan que la única forma de corregir las cosas en el país es mediante una dictadura, y holgadamente pueden ser la gran mayoría en el país sólo que se reparten en dos bandos, aquellos que no se han contaminado con la inmisericorde campaña de corrupción e impunidad perpetrada con su ejemplo por la maldición para el Perú llamada Gobierno de Fujimori, que con su ejemplo dañó a buena parte de peruanos en la década de los 90s, y aquellos que sí fueron afectados, proclives a los miedos que los interesados medios manejan orquestadamente, quienes nunca serán capaces de enfrentar lo que les daña, sino que lo soportan con alegría. La falta de trabajo de los sectores esclarecidos para contrarrestar los daños infligidos a los peruanos en la década negra de nuestra historia, es lo que nos coloca en riesgo (como ocurre desde siempre), de que sea esa “chusma” la que defina la contienda a favor de la heredera. Ojo que “chusma” no está usada aquí con los tintes peyorativos que los sectores de mayores ingresos suelen usar contra los otros, sino para referirme a aquellos incapaces de elaborar razonamientos coherentes propios y por tanto son fácil presa de los efectismos con los que son mangoneados por la gente que medra desde el poder, lo que incluso incluye a gentes de la clase media, como la de un sicólogo que hace poco leí en lamula.pe explicando sus razones por qué votará por Keiko y que pensaba, que lo que escribía no sería publicado. Sumamente despreciable.

Hay también otro grupo de gentes que apoyan a Keiko, por su propia naturaleza, Dios los cría y ellos se juntan, son los que piensan “Más vale malo conocido, que bueno por conocer” refrán de los pusilánimes, incapaces de hacer algo con valor, que no tienen el coraje de “… saltar al vacío, en vez de saltar a la cloaca…” como dijo hace poco una mujer de mente brillante; o los que hacen suya la frase “que robe, pero que trabaje”, frase de los que fueron mordidos en su conciencia por los zombis de Fujimori; o aquellos que hacen suya la frase “tranza, pero avanza” corruptores del sistema, o con “el que parte y reparte se queda con la mayor parte” sarta de ladrones.

Para el lado de Ollanta, podrán también decir otro tanto, pero mientras que por este lado, el móvil de su insurgencia es destruir el eterno desprecio que hacia ellos tienen los grupos dominantes, objetivo por el cual incluso podrían llegar a dar la vida, como los muchos ejemplos de nuestra historia emancipadora, por el lado de los leales a Keiko, el móvil es únicamente la sinuosa genuflexión de los gusanos.  

Adicionalmente a estos grupos, está el grupo de aquellos interesados en sacar millonarias ganancias de un gobierno de Keiko que se perfila como tranzador, condición favorable a los negocios de este grupo, quienes en parte, están financiando sus gastos de campaña.

Así que tenemos mucho trabajo por realizar, y que sirvan estas palabras para que el espectro se decante y que los que son, salgan de una vez del closet, para usar esa socorrida frase de las canciones populares.