LA RECTA FINAL

A estas alturas, luego de ver en todos lados los intentos de la candidata a dorar la píldora, estoy convencido que Keiko Fujimori no debe llegar al gobierno.

El procedimiento sencillo de juzgar por los resultados, hasta hoy es el más concluyente. Puede que digas muchas cosas bonitas, pero el objetivo es venderte sebo de culebras.

Días atrás camino hacia la dirección del plantel donde trabajo y en el trayecto, observo que 3 personas también de la institución, escuchaban atentamente a otra que les explicaba como Ollanta Humala se quedará más de los 5 años, porque “… eso mismo dijo Hugo Chávez y vez cómo sigue quedándose?...”.

Cuando intervengo intentando decirle a esta gente que se ponga a trabajar, me explican lo que discutían y tuve que decirles “¡por qué discuten cojudeces!, ¿a quién le importa que se quede más o menos?, ¡que se quede aunque sea 30 años!, porque ese es el tiempo que se requiere para cambiar la mentalidad de las nuevas generaciones, para impedir que la generación actual contaminadas con los ejemplos de robo, crimen e impunidad ocurridos en la década de Fujimori, trasfiera esas lacras a las nuevas, a tus hijos y a tus nietos y a  los míos, ¡ya, a trabajar! . Así hay que estar arreándoles para que trabajen en el sector público, porque la mayoría ya está contaminada con la ociosidad de por ejemplo Keiko Fujimori y con la mentalidad degradada de la década nefasta. Claro, nos miran mal, pero a quién honesto le importa eso.

Para el 23.27% de los 191949,915 de peruanos que constituyen la población electoral leído en la pasada primera vuelta a favor de Gana Perú, el tema está claro, y para mí, también está claro el comportamiento del 17.29% obtenido por Fuerza 2011, constituido por la gente vulnerable, incapaces de contrarrestar las tentaciones del demonio.

Pero tenemos el 26.58%% de personas que no cree nada o no sabe nada y le da igual que salga uno u otra (este porcentaje está formado por los 7.41% de blancos, 2.88% de nulos y 16.29% de los que no fueron a votar), sin embargo hay ese 32.85% de la población electoral que ha votado por alguna de las partes del abanico de 9 opciones, 6 de los cuales sumados apenas rozan el 0.5%

Es este 32.85% de la población electoral que suman 61554,504 votos, el que estaría definiendo el resultado este 5 de junio.

Si en el Perú hubiera libertad de prensa, hace rato que daríamos por descontado el triunfo de Ollanta Humala. Pero como no existe, porque la libertad de prensa no es ni un principio ni un derecho en el Perú, sino que es un simple producto, se vende al que paga más. Bueno fuera que en efecto sea así, pero en el Perú de hoy, esto es más grave aún: es la libertad de los dueños de los medios (los que apoyan la delincuencia, por tanto delincuentes ellos mismos) y de sus preferencias (la vez pasa ellos se beneficiaron muy poco con los millones con los que Fujimori y su banda compraron la libertad de prensa, ¡pero ahora sí no se escapa, están calculando! Y sin problemas porque ya se habrá legalizado la impunidad).

De manera que si usamos las encuestas, un 41% de esos votos, de los que no llegaron, estarían a favor de Humala y 59% a favor de Fujimori, para que estén empatados como lo presentan hoy; lo que me parece criminal por parte de los medios, hacer que la mayor parte de la población que no llegó, apoye la delincuencia disfrazada por miedo.

En el debate presidencial y ya que no tenía ninguna, el arma principal de Keiko fue criticar los varios planes de Gana Perú. Ella con eso espera distraer el entendimiento del indeciso. Pero está mostrando algo bueno, como malo. Es bueno concertar para ampliar la base de apoyo, y la concertación se hará con personas que no quieren el cambio, entonces se debe ceder posiciones y eso genera documentos diferentes lo cual es correcto. No importa que no se logren los cambios en un solo gobierno, pero algo se avanzará, cuando menos a demostrar que los cambios son imperiosos y que tenga la aceptación de la población para no dejarse meter miedo en el futuro.

No respondió nada Keiko respecto de la política de su padre de desaparecer la pobreza, desapareciendo a los pobres, respecto de las esterilizaciones forzadas o no consentidas y cuando ella uso la táctica de fingir pedir perdón por los delitos cometidos en el gobierno de su padre, no se le peguntó sobre si entonces seguía creyendo que el de Alberto Fujimori fue el mejor gobierno del Perú. Tampoco respondió nada cuando se le preguntó si harían devolver el dinero robado en el gobierno de su padre.

En realidad es redundante continuar diciendo que Keiko Fujimori no sirve. Lo que en esta recta final debemos tener claro, es que tenemos la obligación de esclarecer a cada indeciso con el que nos topemos físicamente y a cuidar estrictamente el voto contra las artimañas de los facinerosos del bando de la corrupción. Yo ya me inscribí como personero.